SÁBADO CAMPESTRE

El destino era el monasterio de Rodanas, un paraje lleno de piedra antigua y un más que apañado hogar con varios fogones, así como un comedor a cubierto, que nos salvó de la pertinaz lluvia.
Durante todo el día no paró de llover, pero eso no impidió a nuestros héroes celebrar la comida, con el colofón a los postres de la celebración del trigésimoséptimo cumpleaños del Rifle, el de Marimar y el de Vi.
Visto el sitio, habrá que repetir alguna vez, merece la pena.
0 comentarios