CENA REMOJADA

El viernes, con las excusa de estenar la mesa que me ha regalado el padre de Emilio, nos reunimos en mi piso Krusty, Pistolo, Willow, Pulpo, Oscar, Marina y yo.
Mi idea era dejarlo yo todo preparado para que no faltara de nada, pero Krus, Oscar y Marina tuvieron otra visión del asunto (que se agradece el detalle) y que desembocó en la acumulación de 7 botellas de vino, 24 latas de cerveza, 2 botellas de cava y una de orujo blanco. Sabido es que el Pulpo no bebe alcohol. Oscar y Marina no se desfasaron tampoco demasiado. Ayer descubrí que de el arsenal quedaban: 0 botellas de vino, 15 latas de cerveza, 1 botella de cava y media de orujo. A las 3 seguimos la fiesta Willow y Krusty escapados al Atrio y yo por detrás (no sé ni en qué medio fui). Cuando llegué Krus llevava otra camiseta, y sé que bebimos más, sé que salí del Atrio a más de las 9 de la mañana pero no me preguntéis qué hice, escuché o dije en esas 6 horas.
Al día siguiente teníamos un clavo en la cabeza los cuatro kamikazes. Raúl lo notó porque se levantó a las 10 y los demás a media tarde.
Conclusión: joder, que no tenemos edad para estos excesos.

Daños colaterales: a eso de las 2 de la mañana un vecino rogó desde enfrente que le dejáramos dormir.

Se grabó un video de más de una hora de los últimos acontecimientos en la casa (a ver quién se atreve a verlo).

El domingo (medio recuperado) visité el campo de batalla, jodo petaca.



Bombona